En este Día de la Tierra, se cumplen ocho días desde la empresa estatal Maderas del Orinoco, reportó un incendios en el bosque de Uverito, el más grande de pino caribe -creado por el hombre- en el mundo, donde se desarrollan actividades de industrialización y comercialización de madera, en conjunto con otras compañías.
Pdte de Maderas del Orinoco @febresjavier informa que personal de protección forestal trabaja activamente en combate de incendios en plantaciones de pino caribe pic.twitter.com/jPVZfPDNn9
— Maderas del Orinoco (@M_delOrinoco) April 14, 2018
A pesar de los esfuerzos por aplacar las llamas, en este lapso se consumieron entre 40 mil y 50 mil hectáreas, según estimaciones del profesor de la Universidad de Los Andes (ULA) y doctor en Gestión Forestal José Rafael Lozada, luego de conversar con otros colegas que han estado inspeccionando la zona afectada.
A la fecha tanto Maderas del Orinoco como las autoridades regionales no han dado cifras de las pérdidas materiales. De confirmarse la cantidad de terreno consumido por las llamas, continuó Lozada, sería el incendio forestal más grande en la historia de Venezuela.
El Bosque de Uverito se encuentra ubicado entre los estados Monagas y Anzoátegui y cuenta con aproximadamente 600 mil hectáreas de plantaciones de pino caribe.
Es producto de las investigaciones del ingeniero forestal y agrónomo, José Joaquín Cabrera Malo, quien junto con la Corporación Venezolana de Guayana (CVG) y el Ministerio de Agricultura y Cría de la década de los sesenta, lograron lo que parecía imposible: crear un bosque en una zona desértica. El proyecto inició 1961 y en 30 años, se convirtió en la plantación más grande del mundo en su tipo.
Sin embargo, la cifra de 600 mil hectáreas de plantaciones de pino caribe se mantiene fija desde hace una década, según dijo Lozada. Las empresas que industrializan y hacen intercambios comerciales con la madera suelen deforestar y reforestar para que la producción sea sostenible. En este sentido, “lo que se explota, se planta, pero el bosque permanece igual” en toda su extensión.
Los incendios importantes que se han registrado desde 2016, según reportaron el Sol de Oriente y el Correo del Caroní, han disminuido el tamaño del bosque. La causa, según el experto en Gestión Forestal, es que “los sistemas de prevención y control de grandes incendios están desactivados, no hay infraestructura ni personal capacitado para las características de la zona”.
Detalló que el pino caribe desprende acículas, termino botánico que designa a las “hojas” -en forma de agujas alargadas- del árbol. Si éstas quedan secas en el suelo, son un potencial combustible en zonas extremadamente áridas, como el lugar en el que se encuentra el Bosque de Uverito.
Lozada aseguró que los riesgos que conlleva la hojarasca que genera el pino fueron informados a los directivos de Maderas del Orinoco y Masisa, cuyas actividades también se desarrollan dentro del bosque. No obstante, los sistemas de control de incendios continuaron deteriorándose; por ejemplo, a la fecha, no se cuenta con los aviones que ayudan a controlar los incendios forestales.
El asistente legislativo de la Asamblea Nacional (AN) y activista de la Causa R, Jesús M. Hernández, aseguró, a través de su cuenta en Twitter que Maderas del Orinoco está en cierre técnico: desde diciembre pasado, 70% de sus trabajadores permanecen en sus casas por la escasez de transporte, lo que se suma a que la mitad de los equipos de la empresa están dañados por falta de repuestos. Todo ello se traduce en fallas en las labores de mantenimiento del bosque.
Agregó que el país solía tener una dotación de aviones contra incendios de la compañía CanadAir. Sin embargo la gestión del expresidente Hugo Chávez los vendió en el año 1999.
El 14/09/1999 el ex Presidente Hugo Chávez decidió vender 23 aviones del estado que eran usados PDVSA, FERROMINERA, EDELCA, PROFORCA (Los Canadair – Contra incendios), entre otras para recaudar dinero e «invertirlos» en el Fondo Único Social
Dinero que trago la corrupción pic.twitter.com/vInnuBPv0z
— Jesus M. Hernandez (@JesusMHD) April 21, 2018
El ingeniero civil y miembro del Movimiento Ecológico del estado Anzoátegui, Alejandro Aguilera, coincide con Lozada y añade que a los cortafuegos no se les ha hecho mantenimiento. Además, mencionó que las pérdidas materiales del bosque van más allá de los números, ya que afectan de manera significativa el ecosistema.
“Los árboles son como un ventilador: toman dióxido de carbono de la atmósfera y lo acumulan en el tronco. La preocupación no es sólo que perdemos un bosque sino que generamos un problema. Cuando se fractura el tronco, libera dióxido de carbono, que colabora con la destrucción de la capa de ozono“, concluyó el especialista.