Yorvit Valentín López Cortés (37), alías “El Oriente”, se refugió en el sector 2 de Julio de la parroquia Cachipo en el municipio Punceres de Monagas, después de haberse evadido a principios de este mes de la cárcel de Puente Ayala en Barcelona, capital de Anzoátegui.

El sector queda a 20 minutos de Maturín, la capital monaguense, y se llega por la troncal 10, vía que comunica a la entidad al norte con el estado Sucre y al sur con Bolívar y Delta Amacuro. Cachipo es una de las dos parroquias del municipio Punceres, ubicado en la zona noreste de la región.

“El Oriente” se enconchó en una zona rural, 2 de Julio de Sabana Larga en Cachipo, un pequeño poblado al que se entra al pasar Puente Punceres, apenas al entrar a este municipio. La vía principal está asfaltada, pero un kilómetro después, solo hay un largo camino de tierra  y un letrero de la Gran Misión Vivienda Venezuela que da la bienvenida al sector.

En esta zona las casas son pocas y el es intrincado por las condiciones de la vialidad. Al lado izquierdo de un cementerio llamado “nuevo” pero que luce abandonado, con el monte alto, “El Oriente” vivía en una casa-club junto a una mujer.

Los vecinos, a las pocas horas de haberse producido el enfrentamiento en el que resultó muerto el expran este miércoles 21 de diciembre, son parcos. Se niegan a responder preguntas sobre la presencia del peligroso criminal en el lugar, conocido por ser uno de los causantes del motín que se prolongó por 27 días en El Rodeo II en junio de 2011, cuando murieron 23 reclusos y 70 resultaron heridos.

Dos jóvenes que estaban sentadas en el porche de una vivienda, diagonal al lugar del suceso, solo responden que acaban de llegar a la zona. Una de ellas pela maíz y no levanta la cara, se asusta al ver al equipo reporteril de La Verdad de Monagas y solo repite que “llegué hoy en la mañana, no sé nada”. Su acompañante pide que no le hagan preguntas porque tampoco conoce nada sobre el hecho.

López Cortés estaba residenciado en una casa-club; de fachada rosada es el área de la vivienda, y de color rojo la del club, donde una puerta entreabierta deja ver dos mesas de pool. La construcción es una de las mejores dotadas de la cuadra y la única con un amplio porche. En la fachada principal, la puerta luce un letrero de Feliz Navidad  y un cartel oferta a Bs. 150 los pequeños helados popularmente conocidos como “tetas”.

El secretario de Prevención y Seguridad Ciudadana del estado Monagas y director de Polimonagas, coronel (GNB) José Ángel González Espín, confirmó la muerte de “El Oriente”, y añadió que junto él estaba una mujer que no está detenida, porque no tiene orden de aprehensión sino que fue citada para continuar las averiguaciones.

Una versión extraoficial señala que “El Oriente“, al evadirse de Puente Ayala, se trasladó a Monagas porque lo esperaba allí una mujer embarazada. En su penúltima evasión en junio de 2011, al huir se refugió en casa de su mamá en El Callao, y apenas un mes después fue recapturado por funcionarios de la Policía de Bolívar. Su cercanía con el entorno familiar fue su mayor debilidad, porque en ambos casos fue localizado por los cuerpos de seguridad.

Expediente

A pesar de esto, López Cortés era un experto en evadirse de las cárceles del país. Lo hizo primero de El Rodeo II junto con 79 reclusos, en el año 2011, después de mantener un motín en este recinto con otro pran del lugar apodado “El Yofre” que dejó un saldo de 23 muertos y 70 heridos en este recinto, tras 27 días de una guerra sin cuartel.

Aunque fue recapturado en El Callao su paso por las penitenciarías del país siempre fue conflictivo. Después de su recaptura fue enviado a la mínima de Tocuyito en el estado Carabobo, cárcel en la que ejecutó un secuestro de 60 custodios, motivo por el que lo trasladaron al Centro Penitenciario de Coro. En este recinto se “apaciguó” por casi cuatro años, hasta que en enero de 2016 lideró un secuestro de familiares y custodios, al oponerse al Nuevo Régimen Penitenciario.

López Cortés había sido condenado el 31 de septiembre de 2014 a 15 años de prisión por robo agravado y secuestro, después de haber pasado siete años en tres cárceles del país sin recibir condena.

Foto: Carlos Álvarez

Periodista venezolano. Escribo con la esperanza de mover conciencias que promuevan cambios. Activista social y defensor de derechos humanos.

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