En medio de una escasez de divisas y un régimen de sanciones internacionales impuesto por el Gobierno de los Estados Unidos, la istración de Nicolás Maduro ha usado una forma acelerada para adquirir financiamiento: la inyección de cantidades billonarias de bolívares desde el Banco Central de Venezuela (BCV) lo cual, según economistas consultados por Efecto Cocuyo, dio paso a la hiperinflación.

Las cifras publicadas semanalmente por la entidad bancaria revelan que la liquidez monetaria escaló desde Bs. 133.263.960.002.000 (billones), el 5 de enero de este año, a 681.062.913.851.000 billones de bolívares para el 27 de abril, lo que representa que la cantidad de dinero en circulación aumentó 411% (más de cinco veces) en apenas los primeros cuatro meses de 2018.

Sin embargo, las cifras del BCV reflejan un problema esencial: del total de bolívares en circulación, solo 18.5 billones (2,72%) están representados en billetes y monedas. Esto ha creado un importante episodio de escasez de dinero en efectivo y dio paso a la proliferación de actividades de venta de los billetes por montos muy superiores a su valor real.

Simultáneamente, la capacidad del país para producir bienes y servicios se fue a pique. Mientras el Fondo Monetario Internacional (FMI) estima una inflación de 14.000% y una caída del PIB en 15%, la Asamblea Nacional calcula que la economía se ha contraído 27,5% desde el 2014.

Esta situación crea una combinación que, a juicio de los economistas, termina brindando más potencia a la inflación.

Para el economista Ronald Balza la caída de la producción nacional es consecuencia del descenso de las importaciones, lo cual afecta a las empresas, el comercio, las entidades bancarias y creó un proceso de contracción que actualmente se traduce en las fallas en todos los servicios nacionales.

“La inflación ha sido consecuencia de no tener un régimen cambiario que no satisface la demanda, y que llevó a la creación del mercado paralelo y del aumento del gasto público. Es el resultado de no tomar medidas que han sido pospuestas por demasiado tiempo”, explicó el decano de la Escuela de Economía de la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab).

Las cifras oficiales revelan que las compras en el extranjero pasaron de representar 33.308 millones de dólares en 2015 a $16.370 millones en 2016. No obstante, aunque no se conocen los datos de 2017, la firma Ecoanalítica registra que cayeron a $9.800 millones.

En ese periodo la producción de la estatal Pdvsa, que provee casi todas las divisas que ingresan a las arcas del Estado, pasó de 2.654.000 barriles diarios a solo 1.509.000 b/d al cierre de marzo de 2018, según las cifras que reporta el Ministerio de Petróleo a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep).

¿Qué significa una caída del PIB?

El PIB mide la totalidad de bienes y servicios producidos en el país, una herramienta esencial para determinar el tamaño de las economías. Es por ello que, al reducirse su valor, habrá una cantidad menor de productos para la población, según explica la profesora Sary Levy.

“Si cada vez hay menos bienes y servicios y la población se mantiene en aumento, independientemente del factor de la emigración, crea una combinación que pudiera llevar todo a peor. Es por eso que nuestra economía está bajando en lo que respecta a satisfacción de necesidades”, advirtió la catedrática, individuo de número de la Academia Nacional de Ciencias Económicas.

A ello se suma el incremento de bolívares en circulación, que presiona al alza de los precios, pues hay más dinero persiguiendo menos productos.

“Si tienes menos bienes y más unidades monetarias, automáticamente me estás diciendo que cada día los productos valen más y el dinero menos”, explica Levy.

“Tenemos la mitad de lo que teníamos en 2013”

Con las nuevas proyecciones del FMI y el Parlamento, la economía venezolana pudiera terminar este año con una contracción acumulada de al menos 50% desde el 2013, último año de crecimiento, lo que quiere decir que el país solo estaría produciendo la mitad de lo que hacía hace cinco años.

Pero que la economía se haya reducido por la mitad no implica que las capacidades de compra sean iguales para todos. El profesor Balza precisa que “no es que todos tengamos la mitad de todo, sino que hay algunos que no tienen nada“. A su juicio, eso es lo que hace que la situación sea trágica.

“Cada vez hay menos cosas que comprar y hay una disfunción con la cantidad de bolívares en circulación. Esa es la principal causa de la hiperinflación“, concluyó.

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Foto principal: Schneyder Mendoza / AFP