Hay que abrir los ojos. Miriam Castillo* no conoce los resultados de las elecciones regionales y parlamentarias, tampoco que Rafael Lacava Evangelista asumirá un tercer mandato como gobernador del estado Carabobo.
La pensionada no sabía quiénes eran los otros candidatos a la gobernación y tampoco se interesó en averiguarlo. No fue a votar porque el gobierno actual, a su juicio, no le ofrece garantías y el proceso electoral le genera desconfianza.
Miriam, después de trabajar toda su vida productiva en el sector privado, en el año 2015 se retiró, congeló su tarjeta de crédito y vendió su auto por la crisis. Hoy, a sus 73 años, vive de una pensión de 130 bolívares y bonos contra la guerra económica en la casa de un familiar. No puede costear exámenes de laboratorio y tampoco sus medicinas.
Sentada en el centro de Valencia, dice que no puede comparar las elecciones presidenciales del 28 de julio con las regionales del 25 de mayo, porque la afluencia de personas y su sentir no fue el mismo. Ella lo vivió. Al lado de su casa hay un centro de votación, en el que muy pocas personas ingresaron el pasado domingo. “No hay comparación”, sentenció.
Aunque la mujer daba por sentado que después del 28 de julio habría un cambio inminente, por la gran cantidad de personas que votaron, no pierde la fe en Dios y repite que “hay que abrir los ojos”.
¿El silencio puede ser ensordecedor?
En la mañana del 25 de mayo, Lacava presumía su camisa roja de la suerte e invitaba a todos los carabobeños a votar en sus redes sociales. Más tarde, el dirigente reafirmaba el carácter democrático del país. El candidato del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv) finalizó la jornada celebrando su tercer mandato consecutivo con una disminución de 34,22 % de apoyo electoral.
El Consejo Nacional Electoral (CNE) informó, con 96,76 % de los datos escrutados, la reelección de Lacava con 320 mil 134 votos. En contraste con los 486 mil 654 votos que alcanzó en 2017 y 333 mil 919 votos en 2021. Lacava agradeció a un Carabobo “enérgico” y anunció una nueva etapa de gloria.
Ese mismo día, el panorama en los centros de votación y calles en la región era muy diferente. Cuando a las 11:40 a.m. Lacava daba declaraciones a los medios de comunicación, Karla Díaz* salía apresurada con su pequeña hija de una escuela. No pudo sufragar, pero al menos lo intentó.
¿La razón? Los del Plan República, que eran más que el número de electores, no le permitieron tomar una foto mientras votaba. A pesar de que, en la licenciatura de educación que cursa, le exigieron pruebas de su asistencia a los comicios.
Aunque no le indicaron por quién debía votar, cuenta que en la institución pública le pidieron una fotografía que registrará su participación. A través de un grupo de WhatsApp, sus compañeros pudieron enviar sus comprobantes.
Karla contó que no quería votar, porque ya lo había hecho el 28 de julio en las elecciones presidenciales. “Tenemos que mandar evidencia al colegio. Ahorita los centros están vacíos; cuando hubo un simulacro, había más personas”.
Su esposo, que la acompañó, comentó que no tenía motivaciones para sufragar y cuestionó la participación electoral, pues, piensa, que él ya expresó su voluntad de cambio en las últimas elecciones.
¿Las elecciones con mejor participación de la última década?
En el estado Carabobo, la ausencia de electores en los centros de votación el 25 de mayo fue tan intensa que, paradójicamente, pareció más fuerte que el ruido emitido por candidatos oficialistas previo a los comicios. Durante un recorrido por los principales centros de votación de la región, Efecto Cocuyo registró absoluta calma.
En las zonas tradicionalmente oficialistas, el número de votantes que verificaban su mesa a las afueras de las escuelas era poco. En el municipio Libertador y Los Guayos, los principales centros registraban un flujo mínimo de personas. Mientras que en Naguanagua y Valencia, al final de la tarde había una mínima afluencia de votantes.
Eugenio Martínez, periodista y director de Votoscopio, recalcó que el dato de porcentaje de participación proporcionado por el CNE carece de sustento técnico. “Lo que el CNE está haciendo, de facto, es excluir a las personas que no participaron en la elección presidencial para que el resultado sea mayor. El porcentaje de participación no debería superar el 25 %”, afirmó.
Martínez señaló que 25 % de participación convertiría la elección conjunta de parlamento y gobernadores en el proceso de menor participación de la última década en el país; comentó que, durante este proceso, la solicitud de registro fotográfico fue más “abierta” al pedir fotos del voto. “Constituye un intento deliberado de evitar que se reproduzca lo que ocurrió el 28 de julio, con la maquinaria del Psuv movilizando electores que terminaron votando en contra de Nicolás Maduro”.
El derecho de votar y los “puntos rojos”
María Mendoza* cree en el derecho al voto. Asistió a los comicios y sufragó para mantener el gobierno regional. A las afueras de un centro de votación en el municipio Libertador comentó que esperaba que el tercer periodo de Lacava fuese mejor.
-¿La gobernación de Carabobo ha realizado un buen trabajo?
-No mucho, pero sí se ha logrado algo aquí. Esperemos que lo haga mejor.
-¿Qué sugerencias le daría al político por quién votó?
-Que, por lo menos, la salud y educación mejoren.
Aunque son contrarios a la normativa electoral, los “puntos rojos” se ubicaron en las afueras de la mayoría de los centros de votación visitados por Efecto Cocuyo. Algunos solo con agua y café; otros, con listas de registro para los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP).
¿La irreverencia pierde popularidad?
Lacava, nacido en Roma (Italia), inició su carrera política como diputado de la Asamblea Nacional en el año 2006. De familia venezolana con raíces italianas, egresó de economía en la Universidad Católica Andrés Bello y estudió en la Universidad Rutgers, en Nueva Jersey (Estados Unidos).
En 2007, fue designado embajador de Venezuela en Italia. Ganó la alcaldía de Puerto Cabello en 2008, luego de su trabajo social en una oficina parlamentaria, y fue reelecto en 2013. Luego de superar el cáncer en 2017, anunció su candidatura a la gobernación.
Tras dos periodos como gobernador, Lacava se ha posicionado en el imaginario colectivo bajo la marca de “Drácula”, fantasía gótica de Bram Stoker, que registró en el Servicio Autónomo de Propiedad Intelectual (SAPI). Dracuverse, Lacava10, Drácula 10 y Dracufest pueden operar en áreas como la ciencia, tecnología, producción de alimentos y bebidas, comercio de metales preciosos, bisutería, organización de eventos electrónicos, entre otras actividades, según El Carabobeño.
La imagen de Drácula está en los servicios públicos, principales estadios, transporte público, plaza y comida. También parques de diversión y mercadería. Su pasión por el fútbol también se traslada a su nueva identidad gráfica, con un escudo y el número 10.
“Las verdaderas necesidades están en la calle”
En 2018, durante un programa con el periodista Vladimir Villegas en Globovisión, Lacava exclamaba que las “verdaderas necesidades están en las calles”. Para los carabobeños entrevistados por Efecto Cocuyo, las principales servicios públicos colapsados, la educación y salud deben ser prioridad.
Para Miriam, las principales calles de Carabobo están “maquilladas” ambientalmente. La pintura, tiendas y limpiezas funcionan, pero en otras zonas donde es necesario el drenaje u otros servicios no son regulares. “Lo que se ve es a flor de piel. Te metes al sur, Santa Rosa o calles adyacentes a la avenida y no tienen cloacas. Las plazas están bonitas, pero de eso no vivimos; me alegro que esté así, pero ¿y eso nada más? ¿Y lo otro? El hospital no tiene absolutamente nada”.
Aunque existen diferentes posturas, hay un consenso: el primer mandatario en alcanzar una tercera reelección en la región tiene como desafío urgente atender el deterioro de hospitales y escuelas, la carencia de inversión en infraestructura básica, la urgencia de nuevas políticas públicas eficaces y la opacidad institucional.
Los nombres * fueron modificados a solicitud de las fuentes por seguridad.