“Si pasan 10, 12 días y no tenemos ningún resultado, tendremos que pararnos y cada quien seguirá activando su propio mecanismo”, espetó el diputado Henry Ramos Allup, micrófono en mano.
Sus palabras impusieron un plazo que la oposición le da al Gobierno para obtener resultados concretos antes de pararse de la mesa de diálogo. “A veces, hay que hacer una tregua hasta para recoger los muertos y los heridos en una guerra y eso debemos asumirlo ante el paí,s sin ningún tipo de complejo”, manifestó.
Luego informaría que, a petición del Vaticano, la marcha hacia Miraflores convocada para el 3 de noviembre, sería suspendida.
Hasta el diputado Héctor Rodríguez aplaudió su intervención.
“¡Copia y pega, Carreño!”, le gritaban desde la bancada de oposición al diputado chavista mientras Ramos Allup continuaba hablando. “Escuche, me está irrespetando”, se quejó el parlamentario oficialista con la directiva mientras señalaba a la fracción opositora.
Minutos antes, el mismo Carreño había mandado a callar a Freddy Guevara (MUD) quien ratificaba que su partido seguía votando en favor de la marcha hacia Miraflores y de continuar con la declaración de responsabilidad política del presidente Nicolás Maduro, aunque reconoce que la mayoría de la coalición apuesta por el diálogo.
Otro “cállate” se escuchó cuando Rodríguez aseguraba que estaban dispuestos “al perdón”, pero con justicia. El jefe de la fracción oficialista reconoció como un gesto de valentía que la oposición se sentara a dialogar, pero igualmente dejó constancia de la inconstitucionalidad del llamado juicio político de Maduro y ratificó que la Asamblea está en desacato.
La especie de tregua que concedió la oposición se tradujo en el diferimiento del orden del día de este 1 de noviembre sobre la declaración de responsabilidad política de Maduro, algo que el diputado Julio Borges pidió en nombre de la Unidad como un “gesto de buena voluntad”.
Al término de la sesión, los grupos chavistas que rodeaban al Palacio Legislativo se dispersaron.
Fotos: Iván Reyes