El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, aseguró que la licencia a la petrolera Chevron para operar en Venezuela vencerá como estaba previsto el próximo martes 27 de mayo.
En su cuenta de la red social X, el funcionario hizo alusión al permiso que se le concedió a la trasnacional durante el gobierno de Joe Biden en octubre del año 2022.
“La licencia petrolera pro-Maduro Biden en #Venezuela vencerá según lo programado el próximo martes 27 de mayo”, posteó en su cuenta personal y no en la oficial como secretario de Estado.
Esta posición contradice a la del enviado especial de Donald Trump para Venezuela y Corea del Norte, Richard Grenell, quien este martes se reunió con funcionarios de la istración de Nicolás Maduro y logró la liberación del militar estadounidense Joseph St. Clair, a quien fuerzas de seguridad venezolanas detuvieron en noviembre pasado en el estado Zulia.
Qué dijo Bloomberg sobre licencia a Chevron
La agencia Bloomberg adelantó el encuentro entre Grenell y el chavismo, además de informar que la licencia a Chevron se extendería por 60 días mientras que la Casa Blanca negociaba con Miraflores sobre la liberación de más presos políticos estadounidenses y sobre los vuelos de deportación.
Rubio, que desde sus tiempos como senador de Florida fue un fuerte crítico a Maduro y apoyó a la oposición, primero a Juan Guaidó bajo la figura de presidente interino de Venezuela y ahora a la líder opositora María Corina Machado, es uno de los más duros sobre cómo debe actuar Trump ante el chavismo.
A finales de febrero, el presidente estadounidense anunció que preparaban el fin de la licencia de Chevron. Días después la Oficina para el Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro (Ofac por sus siglas en inglés) le dio plazo a la empresa para que abandonara Venezuela los primeros días de abril, aunque después extendió el plazo hasta el 27 de mayo.
Desde su regreso, Chevron retomó operaciones en tres campos petroleros en los que tiene una sociedad con la estatal Pdvsa en Anzoátegui y Zulia, ayudó a aumentar la producción de crudo nacional e inyectaba recursos a la economía nacional, lo que de forma directa ayudó a estabilizar el dólar y con ello controlar la inflación.
Firmas económicas han advertido desde marzo pasado que su salida cortará un flujo de al menos 3.200 millones de dólares a la economía venezolana, disparará la inflación, la devaluación del bolívar y provocará una recesión, después de una lenta recuperación en los últimos dos años.