Por Luz Mely Reyes/ @LuzMelyReyes
En 2011 cuando se informó que el presidente Hugo Chávez padecía cáncer, las encuestadoras empezaron a preguntar sobre sus eventuales herederos o sucesores. Los cuatros que figuraban eran Elías Jaua, Diosdado Cabello, Rafael Ramírez y Nicolás Maduro.
Jaua, por su condición de vicepresidente, tuvo un rol muy activo durante la primera convalecencia del mandatario. Su relación tan cercana con el poder lo hacia candidato nato para cualquier transición en caso de que el mandatario falleciese. Paralelamente ha llevado las riendas del Frente Francisco de Miranda, una unidad estratégica de civiles formados en Cuba y Venezuela, con cuadros ubicados en el gobierno.
Cabello, por su parte, tomaba las riendas de la Asamblea Nacional. Si bien siempre ha sido visto con antipatía por algunos del chavismo tiene a su favor el origen militar, su relación de hermandad con Chávez y su trabajo con las bases del Partido Socialista Unido de Venezuela.
En el campo económico, Ramírez era el ministro más poderoso para la época, ya que tenía a cargo Petróleos de Venezuela y, además, era titular de Energía y Petróleo.
Finalmente Maduro era, por entonces, el canciller que más tiempo había ocupado ese cargo y luego se vio siempre al lado del mandatario durante sus estadías en Cuba.
Después de la muerte del mandatario, este cuarteto fue el que se atribuyó la coletilla de ser los hijos de Chávez.
Hoy vemos cómo los tres primeros han sido objeto de acciones que los han alejado de las posibilidades de cobrar la herencia, y el hijo que consideraban con menos talento se mantiene en la Presidencia de la República cuando pocos apostaban a que pasara la prueba del primer año.
Como algunos saben, en Venezuela no se sale de una teoría conspirativa. Lo más interesante es que las componendas no distinguen color político. Si desde el gobierno hay denuncias sobre un golpe de Estado frustrado- sobre el cual por cierto hay elementos verosímiles- no necesariamente veraces-, no faltan las hipótesis sobre complots internos que han alejado de la sucesión a Jaua, Cabello y Ramírez.
Empecemos por este último. Su salida de Petróleos de Venezuela, luego de la cancillería finalmente y su nombramiento en la ONU lo tienen excluido de la política interna. De ser el hombre con más poder en el campo económico pasó a una suerte de exilio dorado. Cuando fue removido por el llamado sacudón de Maduro hubo lamentos por parte del sector privado venezolano, que veían en Ramírez a un hombre, si bien radical, con sentido de la gravedad de la crisis que afecta a Venezuela.
Por su parte, Jaua, quien manejó fuerte los hilos de la vicepresidencia y ha sido hasta ahora el hombre qué más tiempo ha estado en el gabinete, tuvo que pasar a un bajo perfil desde que fue expuesto por el incidente que involucró a su niñera al transportar un arma sin declarar a Brasil y en un avión de Pdvsa. Jaua, al parecer, también atraviesa por una complicada situación personal que habría motivado el viaje de su esposa a Brasil al hospital Sirio Libanés.
En cuanto a Cabello ha sido prácticamente puesto contra la pared por los supuestos señalamientos que habría hecho en su contra del capitán Leamsy Salazar, un hombre que trabajó en su círculo de seguridad y que hoy es testigo protegido de la DEA. El jefe de la AN ha debido salir a defenderse. Su cercanísima relación con el general Hugo Carvajal lo ha puesto en el radar de la DEA.
A todo lo anterior hay que sumar el reciente decreto mediante el cual el presidente Barack Obama declara al gobierno de Venezuela como una amenaza para la política exterior de EEUU y con ello confirma la escalada del gobierno estadounidense contra Nicolás Maduro.
Hoy los cuatro hijos de Chávez lucen contra las cuerdas. Al parecer, cada uno blanco de algún tipo de conspiración o juego de poder.
El propio Maduro ha insistido en su tesis de golpe azul, la operación Jericó y la transición a la que estarían llamando factores de la oposición. Pero es cuesta arriba creer que alguien de la actual oposición podría intentar algo sin contar al menos con factores del chavismo que pudiesen facilitar esa eventual transición.
«golpe de Estado frustrado- sobre el cual por cierto hay elementos verosímiles- no necesariamente veraces» Igual decían en el año 2002, hasta que sucedió el golpe de estado! En cuanto a Cabello, tienen años acusando a Diosdado Cabello de mil y una cosa pero nadie ha presentado las pruebas que sustenten esas acusaciones. «Maduro ha insistido en su tesis de golpe azul, la operación Jericó y la transición a la que estarían llamando factores de la oposición» acaso son mentira las grabaciones presentadas? entonces algunos de los implicados también mienten cuando reconocen que son verdad? «es cuesta arriba creer que alguien de la actual oposición podría intentar algo sin contar al menos con factores del chavismo que pudiesen facilitar esa eventual transición» y con que factores del chavismo contaban cuando el golpe de estado del 2002, el paro petrolero, «la salida» «las guarimbas» y por último, «la transición»?
Mi periodista preferida luz mely Reyes, siempre acertada sin poses de diva, como añoro tus platicas con rojas y arenas.