La fundadora de la Cátedra de Antropología de los Sabores en la Escuela de Sociología y exsecretaria de la Universidad Central de Venezuela (UCV), Ocarina Castillo, es una de las mujeres referentes de la academia venezolana.
En entrevista con Efecto Cocuyo la individuo de número de la Academia Nacional de la Historia, dedicada actualmente a la investigación en el área alimentaria, acepta enviar un mensaje en momentos en que pareciera no vislumbrarse una pronta salida a la crisis política, agravada luego de las elecciones presidenciales del 28 de julio de 2024.
Nos comparte un diagnóstico de la situación alimentaria en Venezuela desde su área de conocimiento. A continuación las claves de su mensaje:
A 10 meses de las elecciones presidenciales
Confiesa estar preocupada por el fortalecimiento de tendencias autoritarias en el país y no solo desde quienes gobiernan Venezuela, sino en otros espacios como la universidad y la vida cotidiana. Critica el desapego a la institucionalidad del país, la dificultad para establecer visiones compartidas y hacer equipo y “una insoportable necesidad de protagonismo”.
Manifiesta que le gusta la magia para los mitos y en Hollywood, pero no para las salidas o soluciones políticas.
“Decidí votar”
Señala que a pesar de lo ocurrido con las presidenciales decidió votar en las elecciones del 25 de mayo en las que se escogieron diputados a la Asamblea Nacional (AN), gobernadores y Consejos Legislativos, porque considera el sufragio como su “último resquicio de libertad”, lo cual seguirá haciendo mientras no sea eliminado.
“No quiero imaginar mi vida sin poder votar”, recalca. También hace un llamado a hacer lo que se tenga que hacer como ciudadanos, al debate y al entendimiento.
Situación alimentaria en Venezuela
Resalta que hay dos polos. Un sector mínimo de la población venezolana con recursos y por ende a una cesta alimentaria rica, diversa, “con muchas cosas” y otro sin dinero para comprar comida. Pero también advierte que influyen los malos hábitos alimenticios, principalmente por el abuso de carbohidratos.
Resiliencia alimentaria
Para la antropóloga ucevista tiene que ver con “no quedarse con los brazos cruzados” o “solamente en la crítica o en el dolor, sino intentar transformarlo a favor”. En la mesa quiere decir que si no hay o no se puede comprar harina de maíz se sustituye por yuca o plátano, se prueban distintos tipos de granos y de frutas en la búsqueda de la economía.
Tampoco está demás revisar las recetas de las abuelas porque en épocas pasadas también hubo carencias y se buscaron alternativas, no cocinar de sobra y “reutilizar”, en otro tipo de preparación, el arroz que quedó de ayer en lugar de botarlo.
¡Eso sí! Demanda la mejora de los “salarios de vergüenza” de la istración pública para que la población tenga más a una mejor alimentación.
Comer es un acto de libertad
“Comemos con la cabeza, no con el estómago”, ello se traduce en que siempre escogemos qué alimentos comer y cuáles no y que en ello influye la memoria, identidad, experiencias familiares, personales, entre otras.
Comida venezolana y migración
Habla del precio de la internacionalización, que los platos emblemáticos ahora son conocidos en muchos países, pero que también empiezan a sufrir variaciones en su preparación por la incorporación de ingredientes de otros países. Y es que la migración, resalta, es interrelación y interculturalidad.
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