Jair Bolsonaro es el nuevo presidente de Brasil. Durante su campaña se le calificó como homófobo, racista y defensor de la dictadura en su país. La victoria del político de ultraderecha tendrá implicaciones complejas para el Gobierno del presidente Nicolás Maduro. Principalmente por su manifiesto “anticomunismo”.

“Es probable que las relaciones con Brasil sean tirantes porque  Bolsonaro se presenta como anticomunista y muchas de las cosas que ha dicho en su campaña fueron contra gobiernos comunistas”, advierte el internacionalista Juan Francisco Contreras.

No obstante, el profesor universitario considera que el mandatario brasileño intentará primero establecer relaciones con Venezuela dentro del marco de la diplomacia para atender el tema migratorio que afecta estados fronterizos como Roraima.

Agrega que el radicalismo de Bolsonaro será regulado por las instituciones del gigante latinoamericano. “Brasil tiene unas instituciones que funcionan bien, así que no tiene posibilidad de jugar el juego que quiere sino que tiene que acoplarse al funcionamiento del Estado brasileño“, apunta.

El presidente Maduro le pidió a su homólogo brasileño, a través de la Cancillería, retomar las relaciones diplomáticas de respeto.

Maduro pide a Bolsonaro “retomar” las “relaciones diplomáticas de respeto”

“El Gobierno venezolano habla del proceso electoral en Brasil en términos diplomáticos, pero la migración pudiera ser un punto de discordia. Bolsonaro va a intentar poner algún freno o limitación para evitar que los intereses brasileños se vean perjudicados por el flujo de venezolanos que llegan a Brasil, casi que en estampida, al estado de Roraima”, afirma.

Para la internacionalista Giovanna De Michele, la victoria de Bolsonaro “es un duro golpe” para Maduro por la confrontación ideológica que existe entre los dos modelos políticos.

En un análisis publicado por HispanoPost, De Michele destaca que el nuevo vicepresidente brasileño Antonio Hamilton Mourao es un general retirado del Ejército que fue agregado militar en Venezuela durante la gestión del entonces presidente Hugo Chávez.

“Conoce muy bien la situación venezolana y ha sido muy crítico de la gestión del presidente Nicolás Maduro. Habrá una diferencia importante en la política exterior con Venezuela”, afirma la analista.

“Está en juego la supervivencia de importantes sectores de izquierda en toda América Latina”, destaca De Michele.

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El regreso de gobiernosmoderados” (de centro o de derecha) a la región es una expresión del agotamiento que siente el elector por la gestión de gobiernos populistas que terminaron con un resultado negativo, opina el internacionalista Carlos Romero.

El Partido de los Trabajadores (izquierda) en Brasil ha estado implicado en hechos de corrupción y uno de sus máximos exponentes: Lula Da Silva fue encarcelado por recibir sobornos.

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“Hoy tenemos más gobiernos de carácter moderado y algunos de derecha que han llegado básicamente por el voto castigo”, argumenta.

A juicio de Romero, pese al discurso radical de Bolsonaro, el nuevo mandatario va a tratar de regularizar la presencia de migrantes venezolanos en su país.

Argentina, Colombia, Chile y ahora Brasil son algunos de los gobiernos de la región que pasaron de gobiernos progresistas a sistemas políticos identificados con el centro o la derecha.

“Los brasileños al igual que la mayoría de los latinoamericanos están hartos del populismo de izquierda que ha resultado en corrupción y le ha costado la presidencia a varios gobernantes”, concluye Juan Francisco Contreras.

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