“El terreno es fértil para el surgimiento de un outsider en la oposición”, afirma el director del Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), Benigno Alarcón.
El abogado, quien se ha especializado en negociación y resolución de conflictos, considera que hay condiciones para que aparezca un actor independiente o alternativo porque al interior de la oposición hay una lucha por el liderazgo, por tratar de convertirse en el nuevo referente y ocupar el espacio de Juan Guaidó, reconocido por una parte de la comunidad internacional como presidente interino de Venezuela.
“Se produjo una especie de debacle en el G4 (como se hacen llamar los partidos Acción Democrática, Primero Justicia, Voluntad Popular y Un Nuevo Tiempo) y puede que esta situación termine sincerándose en el primer semestre del próximo año”, señala.
Esta división es promovida por el gobierno de Nicolás Maduro bajo una estrategia de cooptación con la que intenta construir artificialmente una oposición que le sea conveniente ofreciendo distintos incentivos y que Alarcón llama: “clientelismo competitivo”.
“Cuando el gobierno es minoría, como sucedió recientemente en Nicaragua, lo que normalmente hacen los gobernantes es impedir que los que le hacen oposición compitan. Pero otro mecanismo es dispersar el voto opositor, dividir y crear varias oposiciones”, sostiene.
Las pasadas elecciones regionales y municipales dejaron nuevos referentes opositores como los tres gobernadores electos: Manuel Rosales (Zulia), Alberto Galíndez (Cojedes), Morel Rodríguez (Nueva Esparta), Freddy Superlano, cuya victoria en Barinas fue arrebatada por el Tribunal Supremo de Justicia; así como dirigentes que ganaron un importante respaldo popular como Luis Lippa en Apure, José Manuel Olivares en Vargas o Henri Falcón en Lara.
Elecciones poco competitivas
En su opinión, “no hubo mejoras sustanciales en la integridad del proceso electoral” del pasado 21 de noviembre pese al cambio de rectores en el Consejo Nacional Electoral (CNE) y la presencia de la misión de observación electoral de la Unión Europea.
Para sustentar tal afirmación, el especialista explica que las elecciones hacen la autocratización cuando sirven para hacer la represión menos costosa y fácil de concentrar en líderes de la oposición que son inhabilitados y perseguidos; cuando hacen la represión innecesaria por la desmovilización de la población; cuando el régimen puede controlar el costo de tolerar a la oposición manteniéndola dividida; y si las elecciones sirven para generar clientelismo competitivo.
Más autocratización
Para Alarcón, en 2022 seguiremos en un escenario de autocratización porque la sociedad civil y los partidos están desarticulados lo que genera desmovilización. Otro factor es que, aunque la disposición a protestar es alta (40% de la población afirma querer manifestar, según Alarcón), el gran inhibidor es el vacío de liderazgo opositor: “Hay una caída de expectativas y desempoderamiento de la población que siente que no está en sus manos hacer algo”.
El analista argumenta que en la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (Fanb) será clave en un proceso de transición bien sea por acción o por omisión. “La Fanb tiene costos tremendamente elevados si hay un cambio político porque asume la tarea de la represión y esto hace que, ante el proceso que se lleva en la Corte Penal Internacional, sienta que la única manera de eximirse es manteniendo al actual gobierno en el poder».
No obstante, este mismo proceso en la I podría inhibir a los militares si se producen nuevas manifestaciones: “La I aumenta los costos de represión y si hubiera que reprimir el próximo año porque el país vuelve a movilizarse de manera masiva sospecho que habría mayor resistencia para ejercer la represión porque saben que no son eximidos de responsabilidad y que este proceso puede alcanzarlos”.
Sobre la negociación, Alarcón considera que es un proceso muy asimétrico en el que la oposición no tiene suficiente fuerza para presionar por acuerdos y “no se puede esperar que la cooperación se produzca de manera inmediata porque hay mucha desconfianza”.
“El referendo revocatorio puede terminar convirtiéndose en una línea divisoria para la oposición en 2022”, advierte.
El profesor compartió sus reflexiones durante el foro Prospectiva 2022 que organizó el Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la UCAB este jueves 9 de diciembre, en el que participaron expertos en distintas disciplinas: