Por Nohely Dávila*
La salud mental es un estado de bienestar que permite reconocer las capacidades propias y afrontar las tensiones normales de la vida, por lo que cuando se encuentra deteriorada se pueden presentar dificultades en diversos aspectos, algo que toma especial relevancia cuando tenemos la responsabilidad de cuidar a otros.
Los problemas de salud mental, al causar el deterioro del bienestar propio, convierten en una tarea titánica el cumplir con las exigencias que implica cuidar a alguien más. Así que si eres madre, padre o cuidador es importante que aprendas a reconocer tus fortalezas y debilidades, explorando aquellos cambios o elementos que pueden dar cuenta de tu estado emocional, físico y psicológico.
Señales de alerta
Algunas de las señales a las que debes prestar mayor atención sobre tu salud mental son:
- Modificaciones significativas en tus hábitos, ya sea por defecto o por exceso, en áreas como la alimentación o el sueño. También hay que estar atento a la pérdida de interés o a dificultades para disfrutar de actividades que anteriormente resultaban gratificantes.
- Aumento del consumo de sustancias, tales como el café, el alcohol o el cigarrillo, ya que las mismas pueden actuar como una forma de evadir algunas situaciones o dándote la sensación de poder afrontarlas.
- Incapacidad para afrontar las situaciones cotidianas, al presentar la sensación de “verse sobrepasado” por lo que ocurre. Por ejemplo, no ser capaz de responder a las demandas laborales o del hogar.
- Deterioro en las relaciones sociales, como aislamiento, problemas para desenvolverse adecuadamente en el trabajo, aumento de conflictos interpersonales o dificultades para participar de manera efectiva en la crianza.
- Alteraciones en el estado de ánimo, tales como irritabilidad excesiva, tristeza, ira o apatía prolongadas, hostilidad y comportamientos violentos.
- Cambios en el pensamiento, especialmente una sensación persistente de confusión y preocupación, problemas de concentración, pensamientos catastróficos, constante negatividad e ideas relacionadas a hacerte daño o a otros. También cambios en la percepción de la realidad, al ver u oír cosas que no están presentes.
Comienza preguntándote cómo te sientes, cómo estás respondiendo a las situaciones del día a día, cuáles son tus objetivos a corto y largo plazo y qué estás haciendo para cuidarte. Al responder a estas interrogantes adquieres conocimiento acerca de tu propio estado y ayudarás a que tanto tú como los niñas, niños y adolescentes de tu alrededor logren desarrollar su potencial y hacer aportes positivos al mundo que les rodea.
¿Qué puedo hacer si reconozco estas señales en alguien en mi entorno?
Si en lugar de identificar estas señales en ti, lo has hecho en aquellos que te rodean, ya sean tus familiares más cercanos, amigos e incluso vecinos, quienes pueden ser también padres, madres o cuidadores, puedes ayudar a detectar situaciones de riesgo y acompañar a las personas que desempeñan estos roles.
Para ello debes tener en cuenta algunos aspectos importantes:
- Hablar de aquello que nos ocurre puede ser difícil. Procura propiciar espacios donde el cuidador tenga la posibilidad de expresarte cómo se siente y escucha de forma activa y empática, sin culpabilizar o realizar comentarios negativos.
- Anímate a expresar tu preocupación y tu voluntad para ayudar, pero evita ofrecer soluciones sin antes preguntar cómo puedes apoyar y qué necesita el otro en ese momento. En ocasiones algunas personas no se sentirán listas para hablar de lo que les pasa. Hazles saber que estarás allí cuando se sientan preparados para conversar acerca de lo que sucede.
- Evita abordar situaciones para las que no te encuentras preparado, recuerda que los problemas de salud mental deben ser atendidos por personal especializado. Ante estas situaciones lo mejor que puedes hacer es acompañarle a una organización donde pueda recibir ayuda profesional.
¿Dónde encontrar ayuda especializada?
Si consideras que una madre, padre o cuidador que conoces está pasando por una situación difícil y te preocupa su bienestar, así como el de aquellos que se encuentren bajo su cuidado o incluso si eres un cuidador que desea entender qué sucede y te sientes preparado para pedir ayuda, hay algunas organizaciones que podrán brindar su apoyo u orientación. Aquí mencionamos tres:
- Federación de Psicólogos de Venezuela (FPV)
Horario de atención: Viernes, sábado y domingo de 8:00 am a 8:00 pm
Número de teléfono: (0212) 416.31.16 / (0212) 416.31.18
Twitter: @fpv_vzla
Instagram: @fpv_vzla
- Servicio de Psicología Clínica y de la Salud del Hospital Vargas
Horario de atención: Lunes a viernes de 8:00 am hasta las 1:00 pm
Dirección: San Simeón a Monte Carmelo, San José, Caracas
Número de teléfono: (0212) 864.91.45
Instagram: @psicologiahospitalvargas
- Servicio de Atención Psicológica de Cecodap (Especializado en niños, niñas y adolescentes)
Horario de atención: Lunes a viernes, de 10:00 am a 4:00 pm.
Número de teléfono: 0414-2696823 // 0424-2842359
Dirección: Avenida Orinoco, Bello Monte Norte, Quinta Papagayo, Caracas.
*Nohely Dávila es parte del equipo de especialistas del Servicio de Atención Psicológica “Crecer sin violencia” de Cecodap. Es licenciada en Psicología, de orientación conductual, con experiencia en el área de atención clínica e interesada en la defensa de los derechos de los niños, niñas y adolescentes, así como en la promoción de una crianza positiva.
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Del mismo autor: Cuidar al cuidador: la salud mental es esencial para una crianza positiva (I)