Según el expediente, fue detenida en un carro con explosivos C-4 en la avenida Libertador de Caracas. En otro documento dice que estaba en una moto. Su abogada, Ana Leonor Acosta, explica que las actas fueron escritas por funcionarios distintos, los testigos del hecho se contradicen e incluso la fecha está errada. Los papeles que llevan el recuento del caso de Yoelkis Frontado están lleno de datos confusos.
El 12 de abril de 2019, la contadora y modelo fue detenida arbitrariamente en su vivienda, ubicada en Horizonte (municipio Sucre). Funcionarios del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) buscaban a quien era su pareja en ese entonces, el ex preso político Nixon Leal. No hubo orden de detención o allanamiento. Al no encontrar a Leal, se la llevaron a ella.
Leal fue detenido en dos oportunidades: en el 2014 y en el 2017. Fue apresado por primera vez durante las protestas en contra de la gestión de Nicolás Maduro. Fue excarcelado el 31 de diciembre de 2016. Cinco meses después fue detenido nuevamente, en mayo de 2017. Salió de El Helicoide en septiembre de 2017.
Hasta este 8 de marzo, cuando se conmemora el Día de la Mujer, Yoelkis continúa formando parte de la lista de detenidas por motivos políticos en Venezuela. De las más de 340 personas contabilizadas por Foro Penal, hay nueve mujeres presas. Sin embargo, ella no forma parte de la base de datos de esta organización, sino de los archivos de la ONG Acción por la Libertad.
Presa por vínculo
Según la abogada de Frontado, se manipuló la fecha de la detención en el expediente para que pareciera que su audiencia de presentación se hizo en los tiempos reglamentarios (48 horas después de la detención). Luego de los 45 días establecidos para la investigación del caso, el Ministerio Público (MP) la acusó sin pruebas. A la fecha, su audiencia preliminar se ha suspendido en 11 oportunidades. No ha comparecido el representante del MP.
Mientras se desarrolla el proceso judicial, Frontado es objeto de torturas y amenazas. Los primeros días de su detención, se desmayaba a diario. Fue golpeada de tal forma que pasó 45 días sangrando. Recibió varios impactos en la cabeza que la hicieron perder el conocimiento. En los meses siguientes, presentó episodios de vértigo que la hicieron desvanecerse.
Su familia hace lo que está en sus manos para hacerle llegar la comida y medicinas que necesita. Viven en Táchira. Se ayudan con sus amigos y conocidos en Caracas.
Sus días transcurren en una celda junto a otras tres mujeres. Según Acosta, hace varios meses hubo hasta 12 personas allí. Los tratos crueles no son las únicas amenazas de Frontado. Tiene cuatro quistes, dos en cada mama. A los ocho meses de estar recluida, fue llevada al médico.