Foto: Day Donaldson

Gianmarco Greci /@gianmarcogreci

Todo parece indicar que el gobierno de Grecia se quedará sin presupuesto en cuestión de semanas, a menos que logren convencer a sus renuentes contrapartes europeas; principalmente Alemania.

El Banco Central Europeo (BCE) accedió a otorgarles €3,3 millardos en fondos de emergencia para los bancos nacionales, luego de que Grecia confirmó que pediría una extensión al programa de rescate el día jueves (el programa viejo que firmó el gobierno anterior en 2012).

Alexis Tsipras y su gobierno, sin embargo, se ven atados por su electorado a buscar alternativas. En particular, los griegos están esperando que su nuevo gobierno acabe con las medidas de austeridad impuestas por la Troika (BCE, Comisión Europea y FMI)  a cambio de los €240 millardos que han recibido hasta la fecha, como parte del programa de rescate iniciado en 2010.

Es por eso que la petición de extensión que será entregada en Bruselas contiene más que una simple extensión del viejo programa. Según documentos filtrados de las reuniones entre  Yanis Varoufakis (el ministro de finanzas de Grecia) y del Eurogrupo, el gobierno de Tsipras se mantiene firme en su postura anti-austeridad. Varoufakis insiste en rechazar medidas en torno a la eliminación empleos en el sector público,  e impulsar  un incremento gradual del sueldo mínimo y restituir  los montos en pensiones para aquellos pensionados que ahora viven por debajo de la linea de pobreza.

Pero Varoufakis sabe que se trata de una negociación, y además de reconocer la ayuda que ha recibido Grecia del Eurogrupo, hace énfasis en aspectos de su propuesta que satisfacen los intereses de toda la Eurozona. La privatización de empresas publicas, por ejemplo, no está descartada: “sobre la privatización de activos públicos, el gobierno no es dogmático”. Las noticias sobre la detención de la privatización del puerto de Piraeus parecen haber sido rumores, y Varoufakis asegura que incluso estimularán la inversión extranjera directa para su compra, siempre y cuando el gobierno pueda mantener cierto control sobre las relaciones laborales y el impacto ambiental de su funcionamiento. En otras medidas, el hombre de las finanzas grecas está dispuesto a mantener un excedente presupuestario (como lo exige el programa), pero quiere bajar la actual tasa de 4,5%. Un excedente presupuestario de 1,5% le permitiría al gobierno estimular la economía a través del gasto público – con la intención de restituir el crecimiento.

Hasta ahora Europa ha visto a Varoufakis con mucho escepticismo. El ministro federal de Finanzas de Alemania, Wolfgang Schäuble, ha expresado que el único camino para Grecia es continuar con el programa ya acordado, y ha calificado al nuevo gobierno de “irresponsable”. Fuera de casa, al parecer, el gobierno de Grecia no ha disfrutado de suficiente credibilidad.

Pero en casa, Syriza sigue registrando victorias. Tsipras logró que su candidato, Prokopis Pavlopoulos, fuera elegido como presidente – un cargo simbólico para la república parlamentaria. Lo realmente importante es que Tsipras evitó el conflicto que afligió al gobierno anterior: cuando Samaras no logró consenso para la figura presidencial, se llamó a las elecciones parlamentarias que llevaron a Syriza al poder. Por otra parte Syriza está siendo atacado fuertemente por sectores más a la izquierda,  los acusan de cooperar con la Troika y hacer propuestas que no lograrán solucionar los problemas de fondo.

Pero Varoufakis expresó confianza en su propuesta, y asegura que será aceptada a tiempo. Lo cierto es que los temores europeos de una izquierda radical intransigente han sido desmentidos por las acciones del gobierno de Tsipras. Es ahora el otro frente, bajo liderazgo alemán, el que está en riesgo de parecer dogmático e intransigente ante las reiteradas propuestas de Varoufakis, quien está obligado a reconciliar sus obligaciones internas – hacia la población griega- con las presiones de sus colegas europeos. El llamado “Grexit” (la salida de Grecia de la UE) perjudica a todos los estados del viejo continente. El costo político de ser responsable de dicho escenario es alto y es por eso que ambas partes, Grecia y la Eurozona, intentarán atribuir culpabilidad al contrario con la esperanza de que cambien de parecer. Varoufakis parece estar haciendo peticiones moderadas en comparación con las expectativas que se tenían de un partido de izquierda radical. Alemania, por los momentos, no ha cedido nada.

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1 comentario

  1. Si los griegos no se aprietan el cinturón el flujo de la ayuda europea se acabará y con razón; no pueden aspirar a recibir más ayuda sin tener que ajustarse a un cronograma de pagos; la economía griega debe ser más competitiva, vean el caso alemán, siempre se levanta de las ruinas y escala peldaños con firmeza

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