Las embarazadas pasan hambre. En su último reporte sobre la situación nutricional de enero a marzo de 2018, la fundación Cáritas Venezuela encontró que 60% de las mujeres embarazadas evaluadas presentaba desnutrición aguda moderada o severa.
En el estudio, divulgado en julio de este año, Cáritas precisa que 38% de las futuras madres que fueron evaluadas presentaron desnutrición severa, mientras que 31% mostró signos de desnutrición moderada.
Para el estudio, Cáritas Venezuela evaluó a 278 mujeres embarazadas en parroquias de siete estados del país: Distrito Capital, Vargas, Miranda, Zulia, Lara, Carabobo y Sucre.
La fundación católica midió la circunferencia media del brazo de las evaluadas, uno de los indicadores utilizados para medir el riesgo nutricional de la madre y de su futuro hijo. Esta medición refleja la masa corporal total, es decir tejido graso y muscular de la persona.
Cáritas encontró que las mujeres presentaban una cincunferencia media del brazo menor a 24 centímetros, número establecido por las organizaciones internacionales para diagnosticar si existe un déficit nutricional. Algunas, las embarazadas con desnutrición severa, presentaron una cincunferencia menor a los 21 centímetros.
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Hogares que no se alimentan
En su informe, Cáritas también evaluó la diversidad de alimentación familiar de 407 hogares en los mismos siete estados del país. Las encuestas arrojaron que las harinas (82%), los tubérculos (69%) y los granos (57%) se volvieron las comidas más frencuentes en la mesa de los venezolanos.
Los altos costos desplazaron a las proteínas a la hora de comer. Las carnes rojas y de aves (23%), el pescado (18%) y el huevo (25%) se quedaron por fuera ante los altos precios de la inflación.
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86% de los hogares reportaron tener una alimentación deficiente, en la que no hay cabida para la variedad y en la que se cuentan menos de nueve grupos de alimentos.
La precaria situación alimentaria ha llevado a los hogares venezolanos a tomar medidas drásticas para garantizar la supervivencia. Según el informe de Cáritas, 90% de los hogares reporta haber tenido que deteriorarla calidad de su alimentación para poder comer, mientras que 76% dijo incurrir en alguna forma de privación alimentaria.
El hambre ha llegado incluso a separar familias. Cáritas alerta que 78% de los hogares consultados dijo haber tenido que desincorporar como comensal a algún miembro familiar para bajar la presión de consumo de alimentos y paliar la inseguridad alimentaria.
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Foto principal: Adriana Loureiro