Los 133 cardenales que participan en el cónclave encerrados en la Capilla Sixtina vaticana han elegido este jueves un nuevo papa y lo han anunciado al mundo con la tradicional humareda o fumata blanca desde la chimenea.
En las tres votaciones anteriores había salido la fumata negra, por lo que los purpurados regresaron a la residencia Casa Santa Marta, donde duermen durante el cónclave y se encuentran totalmente aislados, para un almuerzo.
Es una nueva ocasión en la que los cardenales, reunidos en el gran salón comedor de Santa Marta, dialogaron para intentar llegar a una solución y que un nombre consiga la mayoría de los dos tercios necesarios, un total de 89 votos, algo que lograron esta tarde, hora de Italia.

Nuevo papa en segundo día del cónclave
La elección en el segundo día del cónclave fue más rápida que la escogencia de Benedicto XVI en el año 2005 o la de Francisco en 2013, cuando lo designaron tras la renuncia de Joseph Ratzinger, con lo que la Iglesia católica convivió por varios años con dos papas, aunque uno retirado.
Francisco, el primer papa latinoamericano, murió el lunes 21 de abril, un día después de haber participado en el cierre de la Semanta Santa en la basílica de San Pedro, en la que saludó desde el balcón a los miles de fieles que se congregaron en la plaza del mismo nombre, a quienes después saludó en el papamovil.
Sus restos fueron expuestos en esa iglesia y enterrados en la basílica de Santa María la Mayor, por expreso deseo del pontífice, quien antes y después de cada uno de los viajes apostólicos que realizó en su papado oraba ante la imagen mariana de ese templo.

Ovación en San Pedro
Una gran ovación de miles de personas recibió la fumata blanca que a las 18.08 horas de hoy (16.08 GMT) ha informado de la elección de un nuevo papa.
La Plaza de San Pedro no estaba tan llena como en la tarde del miércoles, en la primera jornada del cónclave, pero eso no impidió que un enorme clamor se haya levantado cuando de la chimenea sobre la Capilla Sixtina se ha empezado a elevar el humo blanco.
Los congregados interrumpieron en un grito generalizado y grandes aplausos, mientras los fieles y curiosos agitan banderas nacionales.
Con posterioridad el cardenal protodiácono anunciará el nombre del cardenal elegido y su nombre pontificado y a continuación aparecerá el nuevo jefe de la Iglesia Católica.
Qué pasó en el cónclave
El humo blanco en la chimenea sobre el tejado de la Capilla Sixtina del Vaticano y el repique de campanas en la basílica de San Pedro confirmaron al mundo que la Iglesia católica tiene ya un nuevo papa, cuyo nombre aún no ha sido dado a conocer.
Los 133 cardenales encerrados en la Capilla Sixtina para elegir al nuevo papa confirmaron su acuerdo con el humo blanco que emergió a las 18.07 hora locales (-2 GMT) de la chimenea.
Poco después empezaron a repicar las campanas de San Pedro, mientras la plaza vaticana empezaba a llenarse con miles de personas que acudieron al lugar para seguir el anuncio.
Ahora, el cardenal protodiácono, el francés Dominique Mamberti, deberá asomarse al balcón de la basílica para anunciar la elección con la tradicional fórmula en latín: «Nuntio vobis gaudium magnum: Habemus papam» (Os anuncio una gran alegría: tenemos papa).
Después dirá en latín el nombre de pila del cardenal que eleigieron así como con el nombre con el que se llamará al pontífice.
Luego, el nuevo papa aparecerá ante los fieles en la Plaza de San Pedro para presentarse al mundo.
El nuevo papa a la Sala de las Lágrimas
El nuevo papa, cuyo nombre se conocerá en breve, ha pasado de la Capilla Sixtina a la llamada Sala de las Lágrimas, con objeto de vestirse para presentarse al mundo en el balcón de la basílica de la Plaza de San Pedro.
Así está previsto en el ritual de elección del nuevo pontífice, de la que se dio cuenta a las 18.08 horas (16.08 GMT) mediante la fumata blanca.
El nuevo papa logró al menos dos tercios de los votos de los 133 cardenales electores (que son 89) y tras ese recuento, aceptó el encargo y decidió con qué nombre lo llamarán.
Desde la Capilla Sixtina al nuevo pontífice lo invitan a ir a la «Sala de las Lágrimas», donde desde hace días se preparó la vestimenta que puede empezar a usar.
La habitación se conoce con ese nombre porque históricamente es el lugar donde el elegido podía permanecer tranquilo un momento y, eventualmente, rezar y llorar para desahogar la tensión acumulada.
En esa cámara hay tres hábitos largos o sotanas de color blanco de distinto tamaño en función de la altura del elegido, así como cuatro vestimentas cortas tipo sobrepelliz, una muceta o esclavina de color morado y una estola púrpura con decoración dorada.
También, si lo desea, puede escoger entre zapatos de distintos números, fajines, un cordón y una cruz dorada, todo allí dispuesto.
Luego recibirá el homenaje del resto de cardenales.
Corresponde al protodiacono, el cardenal francés Dominique Mamberti, asomarse primero al balcón de la basílica para anunciar quién es el elegido y el nombre con el que gobernará la Iglesia.
Después el nuevo papa dirigirá unas palabras a los presentes en San Pedro y hará la bendición urbi et orbi.