En Maturín las colas kilométricas de principios de 2016 comenzaron a mermar a mediados del mes de agosto, cuando con la venia de las autoridades militares y de la Gobernación de Monagas se permitió el ingreso de productos importados desde Brasil e incluso de Trinidad y Tobago.
Lo que comenzó en dos comercios asiáticos en el sector Fundemos de la capital monaguense, una zona de clase media y cercana a Los Godos, la de mayor densidad poblacional de la entidad con 150 mil personas, en menos de tres semanas se convirtió en una práctica habitual: arroz, harina de trigo, aceite de soya, azúcar y hasta jabón de tocador, comenzaron a surtir los anaqueles de los supermercados con el sello: Made in Brasil.
Tras la primera oleada de productos, el jefe de la Zona Operativa de Defensa Integral (Zodi) Monagas, G/D Elías Moreno, hizo el anuncio oficial el 15 de agosto, cuando informó que se había autorizado la compra de productos brasileños adquiridos desde Boa Vista, capital del estado Roraima, que limita con Venezuela y al que se tiene desde Santa Elena de Uairén, en el estado Bolívar.
En sus declaraciones Moreno sostuvo que el fin de la importación era darle “un duro golpe” al bachaqueo y la guerra económica, además de llenar los anaqueles con los productos de primera necesidad para que los monaguenses dejaran las compras nerviosas.
No obstante, los precios que marcaron superaron con creces los autorizados para los de producción nacional por parte de la Superintendencia Nacional para la Defensa de los Derechos Socieconómicos (Sundde).
Desde su arribo, el arroz de kilo marcó un precio de Bs. 1.600 el kilo; la pasta de medio kilo en 1.200 bolívares, el azúcar en Bs. 1.800 el kilogramo, mientras que el aceite de soya llegó a Bs. 2.400 y la harina de trigo en Bs. 1.900 el kilo.
Hasta finales de septiembre mantuvieron este valor; pero, al inicio de noviembre los supermercados asiáticos dejaron de venderlos, alegaron que llegarían con un ajuste de precios; ocurrió justo con el anuncio del incremento salarial y del bono de alimentación decretado por el presidente Nicolás Maduro que colocó el “salario integral” en casi 91 mil bolívares.
Más caros
A partir de esta semana, la segunda de noviembre, y aunque el general Elías Moreno afirmó que el ajuste de precios tendría un rango de entre 20 y 25%, la realidad que marcan las cajas registradoras de los establecimientos es otra.
Los nuevos precios superan en la mayoría de los casos el 50%: el arroz llegó a Bs. 2.500 el kilo (56%), la harina de trigo a Bs. 2.700 (42%), la pasta de medio kilo en Bs. 1.800 (50%), el aceite pasó de 2.400 a 3.800 (59%) y el azúcar subió mil bolívares para llegar a 2.800 el kilo (56%). El único ajuste por debajo del que estimó el jefe de la Zodi fue el jabón de tocador, que ahora se consigue en 1.300 bolívares (13%) porque estaba en 1.000 bolívares.
Compran lo que se puede
Ante esta realidad los monaguenses compran de acuerdo con sus necesidades. Para Jenny Sánchez, profesional y madre de tres hijas, la noticia de productos brasileños llegó directamente a la puerta de su casa, porque un vecino se acercó para venderle los artículos. Eso ocurrió hace más de dos meses, cuando terminó pagando 7 mil bolívares por dos kilos de arroz y un litro de aceite.
“Los compré en ese momento por una necesidad, pero me los vendieron al precio que ahora están en los comercios asiáticos. A veces recurro a estos negocios para adquirirlos, porque en los supermercados de grandes cadenas no se consiguen los productos de primera necesidad. Otras veces me toca comprar en combos en ferias que hay en Los Guaritos, donde también venden productos brasileños, pero se ahorra más”, dijo.
Las colas en Maturín fluctúan de acuerdo con los días, pero ya no son tan largas como a principios de año. En las avenidas Bolívar y Bicentenario, los pequeños mercados chinos se van llenando de clientes según los días y las horas; los lunes son más largas que por ejemplo un viernes en la tarde. A las 3:30 pm de este viernes, 11 de noviembre, Ana Cáceres hacía fila en uno de los establecimientos donde a mediados de semana son largas las colas. Hoy no era así; preguntó por los precios y solo llevó un kilo de arroz y uno de azúcar. “Uno va comprando de a poquito, porque con estos precios llevarse 10 productos superan los 20 mil bolívares”, contó.