Además del temor existente en muchos sectores del país de que la gestión de Nicolás Maduro recapitule un control de precios, hay también mucha incertidumbre ante el asomo de que vuelva a decretarse en Venezuela un posible control de cambio, tal como había años anteriores.

En Venezuela, el control cambiario, tal como se conoció entre 2003 y 2018, ya no existe formalmente en su forma más estricta. Desde agosto de 2018, con la derogación del Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley del Régimen Cambiario y sus Ilícitos, se flexibilizó significativamente el sistema, al permitir a personas y empresas realizar operaciones en divisas a través de casas de cambio y bancos, sin las restricciones previas.

“El control de cambio se mantuvo desde 2003 hasta más allá de 2015, cuando colapsó, y todos conocemos las consecuencias. Este sistema fue sostenible en su momento gracias al elevado flujo de ingresos del país; sin embargo, las empresas enfrentaban pérdidas contables debido a los precios irrisorios establecidos, lo que derivó en una severa escasez de productos», dijo sobre esto el economista Asdrúbal Oliveros.

 En entrevista con la emisora Éxitos FM, el experto aseguró que no se vislumbra en el horizonte la imposición de un control de precios ni de cambio. No obstante, subrayó que, de implementarse, las consecuencias negativas se manifestarían de forma inmediata.

Sin embargo, en la práctica, persisten limitaciones; el Banco Central de Venezuela (BCV) sigue regulando el a divisas a través de sistemas como las mesas de cambio, que fijan tasas oficiales. La disponibilidad de divisas por vías oficiales es escasa, lo que obliga a muchos ciudadanos y empresas a recurrir al mercado paralelo, donde el tipo de cambio es significativamente más alto.

Oliveros señala que el esquema cambiario actual, vigente desde 2019, está «agotado» y requiere una reestructuración profunda debido a las distorsiones económicas que persisten.

¿Qué lecciones han dejado los controles de cambio?

Aunque el control cambiario estricto fue desmantelado en 2018, el mercado de divisas en Venezuela sigue estando fuertemente influenciado por las políticas del BCV, y la dolarización informal domina las transacciones cotidianas debido a la falta de a divisas oficiales y la devaluación del bolívar.

«El control cambiario en Venezuela lo que dejó fue un legado de corrupción, escasez y colapso económico. Las recientes detenciones por operaciones en el mercado paralelo y la posibilidad de nuevos controles de precios sugieren que el gobierno de Maduro está repitiendo errores del pasado», explicó a Efecto Cocuyo la economista Alicia Sepúlveda.

Para esta experta, al igual que el control de precios, el control cambiario es una «política perversa» y no tiene ningún beneficio para la economía nacional.

Entre 2003 y 2018, sistemas como Cadivi y Dicom generaron un mercado paralelo donde el dólar llegó a cotizarse hasta 173 veces por encima del tipo oficial. Esa falta de divisas para importaciones provocó también escasez de alimentos y medicinas.